jueves, 26 de febrero de 2015

¡HOLA! ¿NOS CONOCEMOS?

A partir de hoy sí.

Es día 26 de febrero de 2015 y nace este blog con la única finalidad de que conozcáis un lugar muy especial, con un entorno maravilloso y con unas vivencias extraordinarias.

Puedo asegurar que hace exactamente un mes yo no tenía ni idea, ni remotamente, de que empezaba a escribir un blog, pero la vida te sorprende.

El motivo de su existencia es importante, pues, no en vano, va a ser la voz de personas a las que casi no se escucha, va a ser la ventana por la que se podría ver cómo pasan los días Juan, Pepa, Verónica, Javier, Enrique, Luisa y un largo etcétera...

Aquí hoy se emprende un largo camino por el que van a pasar muchas personas, cada una de ella con responsabilidades diferentes, pero siempre juntas. Todas ellas estarán unidas por lazos que no se ven, son lazos de seda que no hacen daño, pero a su vez tienen tanta fuerza que, todos juntos, sujetan los cimientos de una CASA entre árboles y arbustos, donde el sol brilla con mucha intensidad y donde el agua procede de un manantial. Es una CASA que emite una luz tan intensa que hasta de noche se vislumbra bajo la luna y las estrellas.



















Una CASA que está en su sitio desde hace algún siglo, una CASA que ya ha hecho historia y que, con solo decir su nombre, se piensa y se dibuja su silueta: LA CASA GRANDE DE MARTIHERRERO.

pues bien, a partir de hoy yo pondré voz a esta CASA para que conozcan su interior, y a partir de ahí, lleguen a quererla como algo suyo, aunque solo sea "un poquito". Es verdad que muchos poquitos hacen un todo y, un todo de cariño y amor es lo máximo a lo que puede aspirar el ser humano.

Así que desde este momento gracias por querer a la CASA GRANDE y gracias por estar ahí como bloguero.

Nos espera un tiempo nuevo, el suficiente para que los habitantes de la CASA GRANDE se sientan queridos y arropados por nuevos amigos.

Yo como portavoz de todos los que allí viven, les invito a entrar de momento a los jardines. Luego, Uds. decidirán si continúan caminando a nuestro lado.

¿Se arriesgan? Gracias y encantados, porque de verdad que no se van a arrepentir.