INTERVENCIÓN DE D. JESÚS GARCÍA BURILLO (Obispo de Ávila)
Buenos días a todas las personas que han querido acompañarnos hoy aquí y muchas gracias por escucharnos.
Hoy nos reunimos por un motivo importante para la Diócesis: nuestro centro de Educación Especial Santa Teresa de Martiherrero cumple 50 años en este 2015.
En el año 1965 Ávila era una ciudad de unos 25.000 habitantes, con pocos recursos económicos al igual que ocurría con otras muchas ciudades españolas.
La
Iglesia de Ávila, dirigida en esos años por el Obispo D. Santos Moro Briz,
siempre estuvo presente a la hora de prestar apoyo y ayuda a la sociedad de
Ávila y su provincia. Existían grandes diferencias entre la sociedad urbana y
la rural.
Si
este era el ambiente para lo que se consideraba sociedad normalizada, excuso
decir cuál era la situación por la que atravesaban las personas con algún tipo
de discapacidad, es decir, para los tan mal llamados subnormales, deficientes,
y hasta tontos. Estas personas eran bastante numerosas dentro del medio rural
abulense.
Son
años duros y difíciles y sin ningún tipo de cobertura o, por lo general, muy
poca por parte del Estado para cubrir estas necesidades. No hay servicios
sociales... Es la época en la que la Iglesia desempeña un papel de suma
importancia para llegar a los hogares que pasan por situaciones extremas.
No
se debería minimizar el papel desempeñado en estos tiempos por sacerdotes y
religiosas.
Y
esto es lo que ocurrió en Ávila. Podríamos decir que Cáritas de Ávila, a través
de su delegado D. Bernardo Herráez, y arropado en todo momento por D. Santos
Moro Briz, obispo de la diócesis, se puso al frente de esta grave situación por
la que atravesaban muchas familias abulenses, tratando de buscar soluciones y crear
nuevas formas de vida para las personas con discapacidad.
Siempre
contaron con la ayuda de personas muy vinculadas con Cáritas como es el caso de
D. Alfredo Abella y D. José Santacana.
Desde
la diócesis, y a través de Cáritas, se trabajó de manera incansable para
alcanzar el objetivo que se habían propuesto: atender a todos los chicos y
chicas con alguna discapacidad y darles una vida digna. En esos años no se
hablaba de calidad de vida para las personas con discapacidad intelectual.
Primero había que darles una vida digna y considerarles personas iguales a los
demás.
Cáritas
se lo propuso, trabajó de manera incansable para lograrlo, contó con un equipo
extraordinario formado por sacerdotes y seglares, y, con la ayuda del obispo de
la diócesis, este sueño se convirtió en realidad en 1965.
Aquí
también habría que destacar el papel desempeñado por la Excma. Diputación de
Ávila, haciendo de intermediaria entre el Ministerio de la Gobernación y
Cáritas de Ávila para conseguir la finca de Martiherrero y darle la finalidad
perseguida de convertir aquellos terrenos en un colegio de Educación Especial.
Comenzaron
las clases con 8 niños y en pocos años llegaron a atender hasta 300 niños y
niñas..
Durante
todos los años esta Institución diocesana siempre ha contado con determinados
medios y con el respaldo de la diócesis para garantizar su funcionamiento.
Esta
Institución siempre estuvo dirigida por sacerdotes: D. Celedonio López, D.
Jesús Romero, D. Isidoro García, D. Severino Regidor.
También
cabe destacar el importante papel llevado a cabo por las religiosas mercedarias
que durante muchos años estuvieron ayudando para que el centro funcionara de
manera óptima.
Gracias
a todas estas personas, que pusieron empeño, esfuerzo y tesón por conseguir un
sueño, hoy Martiherrero escribe sus 50 años al servicio de la sociedad
abulense. Una vez más se podría decir que la labor de la Iglesia llegó donde no
llegaron otros.
Durante
estos 50 años, esta Institución se ha visto siempre apoyada y protegida por
todos los obispos que han pasado por esta diócesis: D. Santos Moro, D. Felipe
Fernández, D. Antonio Cañizares y D. Adolfo González. Todos han visto a esta
Institución como una parte importante y necesaria dentro de la diócesis.
Nadie puede poner en duda de que la obra social de la
diócesis de Ávila llegó a Martiherrero hace ya 50 años.