martes, 24 de marzo de 2015

Un dominó en las Edades del Hombre



Nunca las fichas de un dominó tuvieron tanto mensaje, nunca unas fichas de madera estuvieron hechas con tanta ilusión y nunca, esas mismas fichas, tan pequeñas y planas, encerraron en su interior tantas sonrisas, tantas lágrimas y, sobre todo, tanta fuerza como es capaz de transmitir una Casa Grande habitada por personas que quieren que la sociedad crea en ellas.



A los que han hecho que este milagro sea posible, GRACIAS, en especial a D. Gonzalo Jiménez, secretario general de Edades del Hombre, usted nos abrió la primera puerta, una primera rendija por la que se colaron nuestros sueñós y nuestras expectativas. Confió en nosotros, no le echó para atrás quienes somos, ni de dónde venimos. Todo lo contrario, sé que solo pensó hacia donde queremos ir y cómo querermos hacerlo. Es algo que le honra y le dignifica como ser humano.



Y así atravesamos más espacios hasta llegar a la última puerta, a esa puerta que si se abría nos permitiría alcanzar nuestro objetivo, nuestra misión y nuestra ilusión. ¡Y se abrió de par en par! Se abrió gracias a una persona buena. Se abrió gracias a alguien con nobleza de alma, que sin conocernos ha querido ayudarnos. Alguien que ha creído en nosotros, en esta Casa Grande, pero sobre todo, en ellos, en los que resulta difícil creer.



Gracias D. Juan Dobado Fernández, comisario de la exposición Edades del Hombre “Teresa de Jesús, maestra de oración” Quiero que sepa que con su gesto ha conseguido que un grupo de personas hayan sentido el reconocimiento a un trabajo bien hecho a lo largo de cincuenta años de historia que en este año 2015 cumple esta Casa Grande de Martiherrero.



¡Nuestro dominó de Santa Teresa en el Palacio de la Zarzuela! Ya no es un sueño, es una realidad. Alguien lo abrirá, lo observará y lo utilizará . Servirá para jugar y entretener, para sonreir y disfrutar. Imagino que esa será su finalidad en su nuevo destino.



Lo que nadie sabrá  es que en su lugar de origen, se observó como algo muy delicado, se utilizó como un material precioso, sirvió para jugar a completar sueños y magias y , sobre todo, entretuvo a un grupo de personas que mientras realizaron este dominó, dejaron volar su imaginación creyéndose expertos profesionales capaces de llevar a cabo un proyecto apto para entretener a una futura reina y a una infanta de España.



Lo más espectacular es que debido a personas buenas el sueño se cumplió y esperamos que en algún lugar del Palacio de la Zarzuela alguien se fije en una Santa Teresa danzando al lado de la silueta de una Casa Grande que está en un lugar llamado Martiherrero - Ávila. Y como soñar es gratis…la Casa Grande de Martiherrero, ¿dígame? Aquí el Palacio de la Zarzuela.

 Y…¿Por qué no?