jueves, 23 de julio de 2015

Y poco a poco va pasando el mes de Julio


Ha pasado un mes desde que la Casa Grande celebró su día, su acto central, y como es costumbre entre nosotros... pues volvimos a nuestra rutina diaria, a nuestros hechos maravillosos y, sobre todo, a nuestra tarea silenciosa.
Estamos aquí, no nos hemos ido (aunque falta poco para las vacaciones) y gracias a muchos trabajadores de esta Casa, el mes de julio está resultando divertido, entretenido... en definitiva: fantástico.
De lunes a viernes hay mucho trabajo en los talleres, así que hay que ser responsables y disciplinados para sacar adelante toda la producción. Es cierto que hace calor y que cuesta mucho más esfuerzo realizar el trabajo, pero no queda otra... toca hacer lo que toca y aunque sea con más esfuerzo hay que ser productivos.
Los invernaderos están en plena producción, ¡da gusto verlos! Y los jardines de la Casa Grande invitan a pasear por ellos. Son dos talleres complicados en el mes de julio porque la climatología es un poco adversa en este mes. Pero no importa, es cuestión de cambiar horarios para sobrellevarlo mejor.
Algunos trabajadores están de vacaciones, durante un mes se alejan de nosotros para descansar y disfrutar de sus familias y de sus hobbies. Se alejan de esta Casa pero no de nuestras vidas.
Y los que se quedan organizan en residencia lo que desde hace unos años llamamos "el mes cultural". Julio es un mes lleno de actividades divertidas y también didácticas. "Aprenden jugando". Todos los fines de semana hay actividades maravillosas que les hacen salir de la rutina. Todo el mundo durante el periodo estival procura divertirse y hacer cosas diferentes, la Casa Grande también, ¡faltaría más!.
Gracias a todas esas personas que trabajan en residencia y que junto a Sonia Abad han querido que este mes estuviera lleno de sorpresas y mucho divertimento. Jugando se adentraron en el mundo de la prehistoria y también sintieron como se vivía en la Edad Media. ¡Qué trajes más vistosos y cuanta laboriosidad tenían! Y todo con un coste mínimo. A esto se le llama imaginación y genialidad.
Han conseguido adentrar a los chicos en el mundo hippie llevando a cabo una fiesta con muchas connotaciones de esa época. ¡Qué guapos estaban y qué caras más risueñas y sonrientes!.
Si a todo esto unimos la generosidad y entrega de personas voluntarias que quieren a la Casa Grande, pues se consiguen día maravillosos fuera de casa y con una actividad frenética.
La excursión al Valle Iruelas con la presencia de los Jabatos Quad ha sido espectacular. Cuando la vida de alguien es muy tranquila y hasta monótona, cuando la vida es muy rutinaria... el hecho de estar en un espacio abierto donde solo ves agua y montañas y lo haces subido en un quad, hace que alguien se sienta libre, lleno de sensaciones nuevas y consigue que hasta las personas con dificultades físicas crean que vuelan como una gacela. Esta excursión ha resultado espectacular y, como siempre ocurre, esto está promovido por alguien que quiere mucho a estos chicos. No diré su nombre porque se que no le gusta pero si te doy las gracias, a tí, a la persona que les hace vibrar cada vez que aparece en sus vidas.
Y después de tanto subidón y tanta adrenalina vino la calma, la paz, el extasis. Gracias Tania Campillo por la empatía que has demostrado hacia estos chicos. En muy poco tiempo te los has ganado. Tu sensibilidad, tu generosidad y tu gran corazón ha traído la música clásica (y no tan clásica) a la Casa Grande. Ese cuarteto de cuerda tan sublime, consiguió cortar hasta la respiración a todo un salón de actos con más de 100 personas. Y... ¿sabes por qué lo conseguísteis? Porque les hicísteis participar y meterse dentro de ese cuarteto como si fuesen un músico más. ¡Fue una gran clase didáctica sobre música! Gracias a Nuria, Nicolás y Laura Campillo por querer estar aquí. Tenéis mucho corazón y mucha grandeza. Otra vez más habéis demostrado la estrecha relación que hay entre la música y la discapacidad intelectual.
Y así va pasando el mes de julio como preludio a una merecidas vacaciones. Pero eso sí, aún quedan cosas por hacer en estos días y siempre acompañados por nuestros americanos, ese grupo maravilloso que ya son como de nuestra familia, porque todos los años cuando llegan a Ávila nos visitan todo el mes haciendo un fantástico voluntariado en la Casa Grande. Thank you so much for moving USA closer to the Casa Grande!