Hace ocho meses que inauguramos estas conferencias llenos de
esperanza y de incertidumbre, sólo ha habido que dejar pasar el tiempo para
observar que las expectativas eran grandes y que los resultados son y van a ser espectaculares. Este viernes
pasado se llenó el auditorio del Palacio de los Serranos, la convocatoria era, como
poco, atractiva por su originalidad, con un título que llamaba la atención,
pudiendo despertar interés entre las personas. Además convocaban tres ponentes
ya conocidos a lo largo de estos meses por todos nosotros.
Hace un tiempo pensamos que el
cierre de este acto lo tenía que hacer alguien con desconocimiento sobre lo que
es la Casa Grande, pero con conocimiento de cómo son las personas con capacidades
diferentes. Tenía que ser alguien joven, que observe el futuro con otra mirada,
con frescura y optimismo. Hace meses la apertura de estas conferencias la
realizó nuestra querida María Ángeles Ortega, gran conocedora de la trayectoria
de la Casa Grande de Martiherrero y, lo hizo con una mirada serena y desde
dentro hacia afuera. El viernes pasado este acto lo clausuró D. Jesús Manuel
Sánchez Cabrera, que para nosotros representaba el perfil que teníamos trazado.
Y lo hizo desde el compromiso que tiene para con este colectivo como Presidente
de la Diputación de Ávila y como representante de una institución que tiene que
velar por los habitantes de los pueblos de esta provincia. Habló de las
personas con capacidades diferentes, de todas y, de un futuro para todos. Lo
hizo con una mirada llena de esperanza y sin connotaciones mediáticas. Desde
aquí , gracias por acudir a nuestra llamada aún sin conocernos, gracias por su
actitud cercana y por su compromiso hacia la plena inclusión.
Gracias también a D. José Luis
del Nogal, alcalde del Ayuntamiento de Martiherrero, nuestro alcalde y que
siempre está a nuestro lado. Gracias a Dña Patricia Rodríguez, teniente alcalde de
Servicios Sociales del Ayuntamiento de Ávila, por querer estar con nosotros en
este acto. Gracias a D. Ángel Muñoz, Gerente Territorial de Servicios Sociales
de la Junta de Castilla y León, por querer participar en esta jornada y por sus
palabras siempre positivas y afectuosas para con esta Casa. Gracias a D. Luis
Sánchez, vicepresidente de la Fundación Caja de Ávila por acompañarnos como ha
hecho en otras muchas ocasiones importantes para esta institución. Y, sobre
todo, nuestro más profundo agradecimiento a la Fundación Caja de Ávila, a Bankia y a la UNED, porque sin ellos estas
maravillosas jornadas nunca habría sido posible realizarlas.
Después de las presentaciones y
de las palabras dedicadas a esta jornada, comenzaron las ponencias y volvimos a
escuchar reflexiones sobre la asertividad y la autoestima, de estrategias y
habilidades desde un punto de vista positivo. También se habló de la normalidad
de la vida y de cómo hay que afrontarla
cuando el guion ya no está escrito y lo tenemos que escribir nosotros mismos.
En definitiva, de cuando en lugar de viajar a Holanda, como la inmensa mayoría,
nuestro destino cambia y viajamos a Italia y, además sin saberlo y de forma
imprevista. Finalizó la primera parte hablando de Psicología positiva junto con los objetivos que persigue esta
materia: ser mejor persona, ayudar a que otros sonrían y también a estar en paz
con el pasado para no tener miedo al futuro. A continuación comenzó la segunda
parte de esta jornada con un tema totalmente innovador y que crea expectativas
muy novedosas: coaching social, que no deja de ser un tipo de intervención
orientada al desarrollo de la autonomía, la conciencia y la responsabilidad de
las personas en el proceso de
construcción de una vida vivida con bienestar y positividad. Se trata de
extraer lo mejor de uno mismo, aumentar la autoestima y saber utilizar las
fortalezas que tenemos en la búsqueda de objetivos.
El desarrollo de esta técnica
resultó muy positivo, se vivieron situaciones cuanto menos novedosas y, sobre
todo, se demostró que el camino iniciado por la Casa Grande de Martiherrero va
por la línea correcta. El cambio empezó hace mucho tiempo, las ideas están muy
claras y ahora se están consolidando. Hace tiempo que la Casa Grande comenzó
haciendo lo necesario, después a través de las herramientas y de sus
fortalezas, continuó haciendo lo que era posible y casi sin darnos cuenta, nos encontramos
haciendo lo imposible: cambiar la mirada hacia una nueva forma de ver a las
personas con capacidades diferentes, que en definitiva, no deja de ser lo mismo
que la búsqueda de la plena inclusión para individuos capaces de escribir su
propia historia en primera persona.