lunes, 28 de noviembre de 2016

CARMEN SANTACANA



Cuando se pronuncia este nombre automáticamente se asocia a Alfredo Abella, pero no solamente porque fuera su marido, sino por el trabajo conjunto que realizaron por y para la sociedad abulense desde diferentes aspectos de la vida que siempre estuvieron relacionados con un compromiso de servicio a los demás.

Para mí hablar de Carmen y Alfredo tiene unas connotaciones muy especiales, tanto a nivel personal como profesional. Hace cuarenta años, cuando yo aún no les conocía, ya sabía de su existencia como referentes en lo que se refiere a pensar en ayudar a los que menos tienen.

Pensar en el Centro de Educación Especial Santa Teresa de Martiherrero, hoy “La Casa Grande”, es evocar los nombres de Bernardo, Alfredo, Carmen y José. Sin ellos esta Casa no habría existido o no habrían sido así las cosas. Formaron un “cuarteto” de solidaridad y generosidad. Se juntaron no por casualidad, sino porque se buscaron para solventar una dura realidad con la que se topaban día tras día. No soñaron con un bello proyecto (como se diría hoy); para nada pasó eso, sino todo lo contrario: se daban de bruces todos los días con una realidad que abrumaba.

Lo intentaron, pelearon por ello, trabajaron muy duro para conseguirlo, quitaron de su vida personal muchas horas y al final consiguieron su objetivo. Recorrieron kilómetros por los pueblos de Ávila, sacando a chicos y chicas de una vida ingrata para darles la dignidad y el respeto que se merecían.

De aquellas cuatro personas sólo queda Carmen Santacana, por eso ayer quisimos estar con ella. Estamos viviendo unos días en los que la Casa Grande ha nombrado embajadores a personas con muchos valores relacionados con el compromiso social, es por ello por lo que queríamos hacer una mención especial a estas cuatro personas a través de una de ellas que es la que queda y les representa.

Carmen Santacana no ha sido solidaria sólo con este colegio, Casa o lugar. No…eso sería simplificar mucho su vida y sus quehaceres.

Formó un tándem muy especial con Alfredo, su marido. Siempre diré que era sus ojos y sus manos. Algunos pensarán que eso fue un acto de generosidad, otros sabemos que lo hacía por el inmenso amor que le tenía. Ha sido una mujer tremendamente enamorada y aún a día de hoy, como ocurrió ayer, aunque su memoria aparezca y desaparezca, cuando habla de Alfredo sus ojos brillan y se iluminan con esa luz llena de paz que sólo Alfredo era capaz de darle.

No ha tenido un hijo propio, pero se llenó de cientos de hijos adoptivos a los cuales acunó, protegió y les llenó de cariño y ternura.

Ha ayudado a ancianos, enfermos y personas en situaciones muy difíciles y en riesgo de exclusión social, fuesen de la condición social y política que fueran. A la hora de ayudar y entregarse a causas perdidas, para ellos no existían otras etiquetas que no fueran las de persona a la que había que ayudar, integrar y dar dignidad en una sociedad mal repartida.

Ayer cumpliste noventa y cuatro años y aunque la memoria no siempre esté contigo, sigues siendo la misma Carmen Santacana de siempre. Tus gestos te delatan, tu actitud cariñosa ante los vulnerables es la misma, tus chascarillos nos adentran en tiempos pasados y tus besos y abrazos siguen envolviendo para proteger al que lo necesita y lo más importante Carmen, es que aún sabes decir….”te quiero mucho”.

Sólo te pudimos dar un ramo de flores, un pin de homenaje de La Casa Grande de Martiherrero y una tarta con vela que degustaste junto con un grupo de chicos y chicas de esta Casa, de tu colegio de Martiherrero.

Gracias Carm
en por tu vida entregada a los demás. Alfredo ayer habrá sonreído y como tantas muchas veces te habrá dicho bajito: “ves Carmen, como mereció la pena y lo hicimos bien aunque a veces no lo entendieras”

Desde esta Casa que tanto te debe: un beso enorme.


martes, 22 de noviembre de 2016

SEGUNDO ACTO DE NOMBRAMIENTO DE EMBAJADORES DE LA CASA GRANDE DE MARTIHERRERO



Para entender este Acto hay que tener mucha memoria histórica y remontarse a un tiempo pasado y que con la realización de este evento, volvemos a poner cada año de actualidad. La Casa Grande de Martiherrero es grande por volumen de personas y porque nació hace casi 52 años. Todo este tipo de instituciones están ligadas en su largo recorrido, a muchas personas que con una actitud solidaria y generosa han contribuido al crecimiento de las entidades y a dar calidad a  los más vulnerables.
La Casa Grande pensó que estaba en deuda con estas personas que a lo largo de casi 52 años han sido muchas y han desarrollado una gran labor altruista en este lugar. Eran y son personas que ayudan sin recibir nada a cambio, que no han ayudado por lástima, sino porque les nace de dentro y quieren y necesitan ayudar a los que tienen menos que ellos. Ser solidario es en su esencia, ser desinteresado. Son personas que adquieren un compromiso con aquellos a los que intentan ayudar. Tienen mucha conciencia social. Además hay que decir que tenemos muy claro que en la actualidad sigue habiendo cada vez más hombres y mujeres que tienen una actitud comprometida con esta sociedad que está tan mal repartida y que se dedican a llevar un mensaje de esperanza.
Como muestra de lo dicho anteriormente citaré por primera vez a nuestros embajadores de 2016: Juan Cruz Serrano, Pepa Muñoz, Alejandro Martín, César Jiménez y por último, nuestro querido Florencio Galindo.
El año pasado creamos una “Comisión de Valores” formada por un grupo de personas que estudian los perfiles de las personas que se llevan a dicha comisión que están acordes con la filosofía de la Casa Grande de Martiherrero: respeto, solidaridad, amistad, equidad, responsabilidad, sinceridad, tolerancia, valentía, justicia, fortaleza, lealtad y empatía. Todos estos valores enriquecen a la persona y la hacen actuar de una manera determinada. Para ello se requiere mucho empeño y esfuerzo.
Así de esta forma tan sencilla pero no por ello, menos pensada es como surgió el Acto de Nombramiento de Embajadores. Lo planeamos, organizamos y realizamos. Queríamos que fuera  un acto institucional a la vez que cercano, con un buen nivel profesional y muy humano.
Para llevar a cabo este acto hemos tenido mucha ayuda solidaria. Conseguir realizarlo en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Ávila “Lienzo Norte”, ha sido un sueño hecho realidad gracias a D. Gonzalo Sunico que se “olvidó” de los grandes eventos que dejan resultados económicos positivos, para tener un evento especial que solo da resultados emocionales muy gratificantes. Gracias Gonzalo porque abusando de tu confianza lo que iba a ser un solo día, pasó a invadir tus espacios durante algunas horas más. Con tu manera de actuar has conseguido que nos hayamos encontrado como en casa, todo ha sido facilidades en un ambiente cordial y muy cálido. GRACIAS.
También se cruzó de nuevo en nuestro camino alguien a quien sin ningún miramiento, metimos en este “maravilloso lio” y que no quiso ni supo decir que no: Carmen Esteban, la madre de nuestra querida Candela, nuestra voluntaria más joven y más querida por nuestros chicos y chicas. Candela, la maga de la Casa Grande, la que crea sonrisas y deleita con su embrujo y su magia a aquella Casa y que de nuevo nos cautivó con su buen hacer en nuestro Acto de Embajadores 2016. Carmen y Candela…Candela y Carmen unidas por su profesionalidad y, sobre todo, por su sensibilidad a la Casa Grande.  Sé que fue un día de mucha luz y mucho sol cuando hablamos con Carmen y, testigos de la conversación fueron el Palacio de Congresos y la majestuosidad de las Murallas de Ávila. Allí conseguimos que Carmen Esteban presentara este acto. ¡Así, sin más y sin menos!  Aquí aunque sé que no quiere, tengo que nombrar a  Pilar Rodríguez, una de nuestras embajadoras pioneras  y que siempre está a nuestro lado  y muy cerca aunque no se le vea. Carmen Esteban ha tirado mucho de la sabiduría y buen hacer de esta mujer y ha conseguido que entre bambalinas, Pilar Rodríguez haya impregnado de teatro y con su manera de hacer teatro, el acto de embajadores. ¡Que grande eres Pilar! La persona que está en la sombra es tan importante como la que sale a la luz, es algo que está demostrado y que yo sé de lo que hablo porque conozco a otra mujer que es como tu Pilar, se llama M Teresa Vega García.
Ya teníamos lugar y presentadora para este magnífico evento. El contenido lo tiene que poner la Casa Grande, pero eso sí, contando con la ayuda de muchas personas, aparte de nuestros queridos embajadores.
Quiero dar las gracias de una manera muy especial a nuestras maestras favoritas, María Sánchez y Maite Sánchez por como son, por su profesionalidad, por su dedicación y por su cariño incondicional a la Casa Grande de Martiherrero y a sus chicos. Sin su trabajo minucioso no habrían podido salir las cosas igual. Sé que hay más gente detrás de todo esto y les doy las gracias, pero nadie puede poner en duda de que el peso fuerte lo han llevado ellas.
En el Acto de Embajadores también queremos mostrar algo de lo que hacemos y de cómo vivimos y la mejor manera de enseñarlo es mediante un video, mejor dicho a través del video de VIDICAM. Nadie mejor que Jesús Campillo y Margarita Arribas sabría reflejar y enseñar a la sociedad lo que es la Casa Grande de Martiherrero. Lo saben hacer porque ellos ya forman parte de esta Casa, ya han echado raíces en este lugar. ¡ Ponen tanto corazón y tanto empeño en lo que hacen, que es imposible que no salga bien! Todos los videos tienen vida, pero los suyos con respecto a esta Casa, tienen alma y corazón. No os podemos dar las gracias porque con eso solo no podríamos agradeceros nada. Eso sí… ¡Os queremos tanto….!
De los chicos del Coro de la Casa Grande que puedo decir yo que no se haya comprobado ya…. Esta actividad ( ya lo he dicho otras veces) fue un sueño, un reto y una apuesta muy difícil y atrevida de Fernando Martín. Solo él visualizó lo que iba a pasar, los demás…. ¡ni idea  Te has salido con la tuya Fernando, que bien lo hacéis, que espectáculo más brillante y, sobre todo, que manera más elegante de demostrar lo que son capaces de hacer personas que tienen capacidades diferentes y que demuestran que su vida tiene otras salidas muy dignas, aunque no estén encaminadas al empleo. Hacen otras cosas que también dignifican y engrandecen a las personas en riesgo de exclusión. Fernando, tenerte a veces soñando, en un equipo de dirección es un valor añadido.
Aparte de todo esto, hay muchas personas que nos lo han puesto fácil para llevar a cabo este acto. Mi gratitud a Alquimia Estudios S.L. y a Estudios Ricardo Muñoz por su gran generosidad. Que empresas pequeñas abulenses se vuelquen de esta forma tan desinteresada a nivel económico con nuestra causa, dice mucho de los valores humanos de las personas que las dirigen. Que dediquen horas de su vida personal a esta Casa nuestra, les dignifica y ennoblece. Gracias porque sabemos que económicamente no somos rentables y porque vosotros habéis cobrado una parte importante en salario emocional y habéis estado a nuestro lado. ¡Cuántas facilidades hemos tenido!
Así hemos llegado a la celebración del II Acto de Nombramientos de Embajadores 2016. La Sala de Cámara del Lienzo Norte se llenó y comenzó la gala que resultó muy dinámica, activa y con mucha participación de los chicos de la casa Grande. Un salón de nuestra casa se trasladó al Lienzo Norte; aquel escenario acogió nuestros muebles y se transformó en una estancia muy acogedora y con calor de hogar. El salón reunió en torno a él a chicos, familias, trabajadores y amigos de nuestra casa y…. EMPEZÖ EL ESPECTÄCULO. Y todo organizado para homenajear a cinco personas merecedoras de llevar el título de Embajador de la Casa Grande de Martiherrero.
Juan Cruz Serrano: maestro segoviano entregado a la educación especial y al teatro que lo utiliza como herramienta para integrar a personas con capacidades diferentes. Son casi 30 años de relación entre tú y nosotros sin habernos fallado ni un solo año. Eres parte de nuestra historia Juan Cruz. Martiherrero y Fuentepelayo forman un tándem difícil de separar y eso sólo lo has conseguido tú gracias a tu saber estar y a tu carácter tan hospitalario. Siempre diré de ti Juan Cruz, que ayudaste a través del teatro a hacer visibles a los invisibles. Ese es tu triunfo y tu gran mérito.
Alejandro Martín, director general de la empresa Plástic Omnium con una actitud grande y firme de compromiso y que la proyecta desde su importante cargo profesional. Alguien nos presentó hace ya años y creímos que era muy extraño que funcionara aquella relación porque era complicado que una multinacional se fijara en algo tan especial como la Casa Grande. Cuando te conocimos rápidamente se disiparon nuestros temores por que todo lo que tienes de grande por fuera, lo  posees en humanidad y empatía por dentro. Nos vemos poco Alejandro, pero nos sentimos mucho y cerca que es lo que importa.
Pepa Muñoz: grande en el mundo de la restauración y de la cocina pero sobre todo una mujer buena por las cualidades que reúne y la sensibilidad que posee y que deja entrever a través de sus gestos. Gracias Pepa por considerar a estos chicos y chicas de nuestra casa como si fueran tuyos. Fue muy grande escuchártelo decir y sonó muy fuerte y dicho desde el corazón. Desde sus conocidos restaurantes de Madrid se entrega a causas que parecen perdidas por la dificultad que entrañan.
César Jiménez: Deportista abulense que siempre está al lado de los perdedores y que con su actitud les haces sonreir y creer que han triunfado.
  Entró en la Casa Grande sin hacer ruido como consecuencia de su timidez y se quedó para siempre entre nosotros. Sabemos que desde que nos conociste, formamos parte de tu vida, es algo que nos demuestras siempre que nos encontramos. .! Que sano y noble eres César ¡
Por último este año tenemos un quinto embajador que tiene y tendrá para siempre un carácter muy especial y muy emotivo: Florencio Galindo, artista pictórico a nivel internacional. Sé que se emocionó y disfrutó mucho cuando se lo comunicamos, pero la vida ha querido que no estuviera físicamente  entre nosotros, aunque queremos creer que lo habrá visto desde alguna parte. Hemos conocido a través de su familia y de sus alumnos los planes que ya estaba pensando para llevar a cabo en nuestra casa con los chicos. ¡Hubiese sido maravilloso! Gracias a su familia por acompañarnos en un momento tan difícil y duro y, sobre todo, a ti Álvaro, su nieto, que con tus pocos años, fuiste capaz de comportarte como un adulto a la hora de recoger los objetos que conlleva ser embajador de nuestra casa. Allá donde esté tu abuelo al que tanto querías, se sentirá muy orgulloso de ti y seguro que esbozó una sonrisa dedicada a ti, su niño.
 Aquí quiero dar las gracias a D. Gonzalo González de Vega porque lleva un año acompañándonos y lo que es mejor, sintiéndonos, protegiéndonos y ayudándonos. En este evento le tocó la parte más difícil como fue hablar de Florencio Galindo y lo hizo con mucha sensibilidad y mucha emoción. Gracias Gonzalo.
 Así acabó este acto y desde aquí les emplazamos para el año 2017 en el III Acto de Nombramientos de Embajadores de la Casa Grande de Martiherrero.