domingo, 2 de diciembre de 2018

IV ACTO DE EMBAJADORES





Ha pasado una semana desde que tuvo lugar nuestro ya institucionalizado acto de Embajadores. Es cierto que “la experiencia es un grado”, nunca mejor dicho porque he de decir que cada vez sale mejor, se trasmite bien el mensaje de nuestra Casa, llegando de forma muy clara a todo el público que nos acompaña y que cada vez es más numeroso.
Es un acto dinámico, ligero, corto en el tiempo pero que es capaz de hacer pensar, consiguiendo externalizar algunos sentimientos que a veces parecen estar en el fondo de un baúl lleno de cosas y que no queremos tocar, por si hay alguna sorpresa que nos cambie nuestro día a día dejándonos descubierto el recorrido por el que va nuestra vida.
Siempre suele ser difícil ponerse de acuerdo cuando se trata de la realización de un proyecto. Suele haber intereses de todo tipo, ideas encontradas y hasta a veces malos rollos por “egos” mal entendidos y por falta de generosidad entre las partes. Con este acto, nunca ha ocurrido nada de esto, los egos no están, y la generosidad aflora muy positivamente.
Siempre diré que en mi paso por la Casa Grande de Martiherrero hay dos personas (mujeres para ser más exacta) fundamentales y de máxima importancia para mí. Una de ellas es Esther Martín, que es la única y auténtica protagonista de todos los eventos que han tenido que ver con el cambio externo (q no interno) de esta Institución. Siempre está fuera de la imagen, pero es tan grande y original lo que hace que, aunque se le vea poco, lo llena todo con la energía que tiene. Un acto como este de Embajadores, sólo puede crearlo alguien fantástico, lleno de ingenio y con mucha grandeza en su interior.
Ahora bien, Esther Martín no sólo creó esta acción, sino que también supo rodearse de las personas más idóneas por estilo de vida y por mejores profesionales. ¡Que podría decir yo de nuestra embajadora Pilar Rodríguez! Todo el mundo habla de ella por sus direcciones de teatro dentro y fuera de Ávila. Pero yo no lo haré tocando ese espacio, yo lo hago desde el punto de vista personal. Es una mujer grande por fuera y más aún por dentro. Siempre quiere el anonimato y pasar desapercibida. Tiene tanta sensibilidad por todo lo que son las causas perdidas en las que nadie cree, que sus obras están llenas de mensajes sobre justicia social, concordia, solidaridad y entrega a los demás. Saca sonrisas a los que han llorado mucho y con sus ojos vivarachos y profundos hace pensar a los que no quieren hacerlo. Pilar entendió perfectamente el significado de ser embajador en esta Casa y aquí sigue de manera incondicional a nuestro lado, siempre incansable y a tiempo total.
Hay que decir que alrededor de estas dos personas aparecen otras que con su esfuerzo y su valía consiguen que Embajadores supere con creces todas las expectativas puestas sobre el propio acto. Gracias a Cristina Hernández por ese magnífico guion que sale a la luz y que está lleno de ideas positivas y esperanzadoras y siempre en unión con Esther Martín. Este año los presentadores Rodrigo Martín y Ana Peinado con su compenetración tan perfecta, han conseguido envolvernos y adentrarnos en el epicentro de este maravilloso guion. Han sabido trasmitir el significado de la palabra confianza porque ellos la conocen bien, la sienten y la experimentan. Aparte de “las tablas” que tienen, son personas jóvenes que confían tanto en los demás, que el hecho de estar una hora hablando sobre el significado de esta palabra, no les asusta, simplemente les afianza más en sus pensamientos.
Este año hemos contado con la presencia de alguien muy especial para nuestra Casa, Tania Campillo quien acompañada de su inseparable “chello” nos ha deleitado con su profesionalidad, pero aún más con su sensibilidad y elegancia a la hora de interpretar. ¡Cómo no iba a estar allí alguien de los Campillo-Arribas! ¡Fueron los primeros que confiaron en esta dirección hace muchos años cuando nadie nos creía! Y desde entonces…hasta hoy… Gracias VIDICAM.
Mi agradecimiento más sincero para los 47 chicos de teatro de Pilar Rodríguez que todos estos años se entregan a la Casa Grande pero no sólo en Embajadores, sino también ese extraordinario Certamen de Teatro que ya ha echado raíces. Gracias también a Pedro y a Lourdes por salir a escena, representar y poner voz a todos los que viven en esta Casa. Su presencia en el escenario significa esfuerzo, ilusión, compromiso y confianza en ellos mismos a la vez que sienten el abrazo de los demás. Especial mención a nuestro coro que dirigido por Fernando Martín ha conseguido alcanzar los objetivos soñados y siempre sin que nuestros chicos pierdan la dignidad y además se les respete por lo que hacen. Gracias a la Comisión de Marca de la Casa Grande de Martiherrero por su trabajo del día a día y de una manera silenciosa y continua.
Gracias a Alquimia por su realización y por el sonido tan exquisito y tan bien llevado a cabo. Al Ayuntamiento de Ávila y a Gonzalo Súnico por cedernos un gran espacio para llevar a cabo este acto que bien saben ellos que no defrauda y que, por su profesionalidad, está a la altura de lo que representa el Palacio de Congresos y Exposiciones “Lienzo Norte” de Ávila.
La intervención de todas estas personas que saben realizar el engranaje de muchos movimientos y acciones ha conseguido que la Casa Grande cuente con nuevos embajadores este año:
ONÉSIMA RODRÏGUEZ es el ejemplo más claro de la persona anónima entregada a una sola causa: hacer la vida más fácil a los que la rodean. Su trabajo exige mucho y se reconoce poco, pero a ella eso nunca la importó. Nunca ha buscado el reconocimiento personal. Así lo hizo en esta Casa durante más de 30 años, sintiéndola como suya.
EMILIO PEREZ CASTELANI representa a una Institución con los mismos principios que tiene nuestra Casa. Persona con actitud de servicio y de entrega a los demás. Es una persona que sabe sumar y lo hace con cosas grandes o pequeñas, siempre con valentía u mucha responsabilidad.
MARGARITA MAYORAL representa al periodismo serio, riguroso, al de verdad, al que está alejado del sensacionalismo. Fue la primera persona que entró en esta Casa y con valentía sacó a las ondas radiofónicas todo lo que vio y observó. Lo hizo con mucha sensibilidad.
VOLUNTARIADO DE MAPFRE AVILA. Este grupo con Rocío del Monte como parte importante dentro de él, ha conseguido que muchas veces nuestros chicos vayan con confianza hacia la dirección de sus sueños. Nos han demostrado que trabajando en equipo se consiguen retos imposibles y de manera más rápida. Son muy constantes y saben dar sin nada a cambio. Miman y cuidan mucho las relaciones con las personas que son más débiles.
Pues bien, señores, creo que este año la Casa Grande de Martiherrero ha demostrado que sabe confiar. No es una tarea fácil. La confianza no se exige, la confianza se gana y se hace a través de palabras y comportamientos. Esta Casa confía mucho y confía en nuestros embajadores porque todos ellos han sido capaces de descubrir la belleza interior que tienen nuestros chicos cuando se muestran tal cual son, con sus imperfecciones y sin ninguna pretensión de ser lo que no son. Es una hermosa relación de confianza entre ambas partes. Esto es lo importante de la vida y lo que nos hace mejores porque tener confianza con alguien es regalar una parte de sí mismo.
Por último, les diré que nada de esto podría haber salido a la luz este año, si no hubiera sido por la generosidad y grandeza de algunas personas anónimas, proveedores de la Casa Grande, pero, sobre todo, personas y empresas que creen en lo que hacemos, que respetan y quieren a las personas que viven aquí Siempre están cuando las necesitamos. Son personas que prestan servicios a esta Institución, existiendo confianza entre ambas partes. Así que gracias a los que con vuestra aportación habéis vuelto a poner a los chicos de la Casa Grande en el lugar que les corresponde por derecho en esta vida. Habéis demostrado casi todos a los que os hemos pedido ayuda, ser muy generosos y conocer bien el significado de la palabra solidaridad. Por esto y por muchos motivos más, tenéis todo nuestro respeto y la confianza de esta Institución.
GRACIAS.



 

















miércoles, 14 de noviembre de 2018

I CARRERA SOLIDARIA ZANCADAS DE ESPERANZA





Hace muchos meses que un buen día apareció en el despacho Sonsoles Hernández o, lo que es lo mismo, conocimos en primera persona el significado de Plataforma Trainsplant y su asociación “El poder del chandal”. Nunca nos habíamos visto aunque, por diversos motivos, sabía que sus orígenes estaban en Martiherrero.
Fue un encuentro especial en el que hubo muchos ofrecimientos, que yo recibí con mucha cautela porque lamentablemente estamos acostumbrados a este tipo de cosas que luego quedan en una foto o en algo que creímos iba a salir bien.
¡Está claro que me equivoqué, y de sabios es rectificar!
El día 23 de junio de 2018 en la presentación de la asociación “El poder del chandal” se nos confirmó que ibamos a contar con medios para ampliar la actividad de sicomotricidad que ya estamos impartiendo. No sabíamos cómo iba a ser el proceso pero es cierto que la noticia nos impactó de manera muy positiva. El primer paso estaba dado, los siguientes desconocíamos cómo se llevarían a cabo.
Pasó el verano y hace relativamente poco volvimos a reunirnos con Sonsoles para hablarnos detenidamente de cómo se iba a realizar esta acción. Por primera vez aparece el nombre de la Hermandad Nuestra Señora de la Esperanza y su interés por ayudar y ser solidaria con personas o instituciones que lo necesitan.
A continuación nombramos a una persona de nuestra Casa, Javier Martín Obregón, para que sea el interlocutor con el presidente de dicha Hermandad, Sergio Fernández Jiménez.
Tengo que decir que desde este momento la comunicación ha sido muy fluida. Han estado con nosotros, han visitado esta Casa, han vivido lo que hacen nuestros chicos, han observado lo que queremos y necesitamos hacer y me consta que salieron de aquí, no solo impresionados, sino también con muchas ganas de hacer cosas dentro de su Hermandad, dirigidas hacia un doble objetivo: la ayuda generosa realizada desde la transparencia. Estoy convencida de que lo que vivieron aquí ha servido para hacer visible estas dos cualidades que están en el ADN de esta Hermandad.
Impresiona ver a tanta gente joven en esta Hermandad, con su presidente en primera línea. Creo que han demostrado que saben organizar y movilizarse para conseguir los fines que se proponen. Pero aún es más impresionante observar a personas con cierta edad como se esfuerzan para ayudar y hacer una labor de servicio comprometido con los más débiles.
He contemplado una Hermandad en la que se hermanan 8y nunca mejor dicho) la experiencia de los mayores y las ganas de cambio de los jóvenes. Me pareció una Hermandad muy abierta hacia horizontes nuevos y con una junta directiva horizontal en su funcionamiento, en la que todos suman y nadie resta.
La marcha solidaria Zancadas de Esperanza ha sido todo un éxito porque detrás de todo ello ha habido mucho empeño y buena organización por parte de esta Hermandad. ¡Hasta el tiempo nos respetó!
Gracias a todos los que han contribuido a realizar esta acción, a los que contribuyeron a la lluvia de regalos que se entregaron en una extensa rifa. Gracias a los que permitieron, con la elaboración de productos, que el cansancio no aflorara en los participantes. Gracias a Sergio Fernández Jiménez por su tesón, empeño y profesionalidad. Gracias a Javier Martín Obregón por haber trasmitido bien los intereses de nuestros chicos y por estar siempre dándoles visibilidad, caminando siempre a su lado como ha ocurrido en esta ocasión.
Quiero dar las gracias de una manera muy especial a los andarines, a todos aquellos que han creído que sus zancadas no solo tenían un valor económico..., tenían un valor infinito porque con su esfuerzo han conseguido que los chicos de la Casa Grande tengan más calidad de vida y les cueste menos caminar.
Ha sido todo fantástico, limpio, lleno de transparencia y realizado desde el cariño y con mucho respeto. A todos los que formáis la Hermandad Nuestra Señora de la Esperanza mi más sincero agradecimiento . Ojalá continuéis realizando acciones como esta para que, en años próximos, seáis un referente en generosidad, solidaridad y transparencia. Todo esto estoy convencida que os hará diferentes.
En la historia de vuestra Hermandad ya aparecerá siempre la Casa Grande de Martiherrero como pionera de vuestra carrera. En la vida de la Casa Grande han llegado unos nuevos amigos que nos cuidan y velan por nuestros chicos. Gracias infinitas.
Recibid todos un abrazo tan grande como las zancadas dadas de parte de los chicos que viven aquí.

domingo, 4 de noviembre de 2018

Encuentro con la Policía Nacional en nuestra Casa



El martes, día 30 de noviembre, ha sido un día importante y mágico para los chicos de nuestra Casa. No supimos hasta casi el último momento si la meteorología nos permitiría disfrutar de esta visita, pero al final si fue posible.
Todo empezó un día en un despacho de la Comisaria de Ávila. Una serie de circunstancias me llevaron allí de la mano de alguien que quiere a esta Casa y que siente un afecto muy especial por las personas que viven en ella: Fernando López del Barrio.
Un encuentro que iba a ser breve, derivó en un coloquio de tres horas, y que se caracterizó por la familiaridad y por las ganas de conocernos y de hacer algo por nuestros chicos. Allí se fraguó la visita del día 30.
La mañana era fría y de aspecto gris, amenazaba lluvia pero ni el frío pudo con el calor que nos trajo la Policía Nacional y, por supuesto, el gris fue cambiando, poco a poco, a un cielo luminoso en el que el sol apareció tímidamente empujado por las fuerzas y ganas de los chicos de esta Casa, que lo único que quieren es conocer a cuantas más personas mejor y empaparse de sus enseñanzas y proyectos.
Con esta maravillosa actitud comenzó esta extraordinaria jornada. ¡Todo el día con la Policía Nacional en Casa! He de decir que hemos disfrutado todos y hemos aprendido cosas nuevas que muchas veces no nos planteamos.
Para muchas personas hablar de la policía es ponerse en actitud temerosa, se crea un estado de inquietud o, cuando menos, lleno de interrogaciones. Hasta incluso pueden aparecer fantasmas del pasado cuando se trata de personas adultas que tienen muchos años vividos.
Es fantástico ver cómo José Antonio Coedo envuelve con su actividad, te introduce, en un pis pas, en su mundo y sin que te des cuenta. Es un hombre que, de una forma respetuosa, prudente a la vez que cercano, te contagia de su entusiasmo por lo que hace, vive y piensa. Es curioso que alguien que no es de Ávila, ni lleva mucho en esta ciudad, conozca de manera tan profunda a los estamentos sociales de Ávila.
Vino acompañado de un grupo de policías que están en prácticas. Personas muy jóvenes, con buena formación académica que, aún pudiendo optar por otras salidas profesionales, decidieron lo que querían ser por vocación. Este binomio obligatoriamente enriquece a la Policía Nacional. No hay mejor opción en las empresas que contar con profesionales jóvenes, bien formados y que creen en lo que hacen y en cómo pueden servir. Llevan dentro el sentimiento de pertenencia a una marca, logo o siglas. Esta actitud es la que vi con mucha fuerza en las personas que vinieron acompañando a Emilio Pérez Castelani, comisario jefe provincial ¡Todo un lujo! Y lo mejor de todo es que él lo sabe y lo valora.
Los chicos de esta Casa escucharon con atención una charla sobre prevención y seguridad desarrollada por José Antonio Coedo que, a través de una metodología práctica y con un lenguaje sencillo, supo llegar a las capacidades intelectuales que poseen los interlocutores que prestaban atención a sus palabras. No es fácil conseguirlo, pero mucho peor es no intentarlo.
A continuación hubo un coloquio con Emilio Pérez Castelani a través de nuestro institucionalizado “conversando con ...” Hubo preguntas que estaban dentro del guión y que el comisario jefe respondió con precisión y de manera muy cercana. Ahora bien, una vez que se rompió el protocolo y apareció la persona cercana y abierta, los chicos iniciaron una ronda de preguntas para satisfacer sus inquietudes e interrogantes.
Los policías en prácticas sé que observaban la situación en una doble vertiente: por una parte estaban descubriendo a personas con discapacidad intelectual y, por otra, les llamaba la atención, me imagino, ver a su jefe superior descendiendo a un escenario poco habitual, sin riesgos físicos pero en el que hay que poner “piel con piel” para sentir lo que son capaces de sentir nuestros chicos. Emilio Pérez Castelani supo bajar a la arena para estar al lado de ellos. Gracias por ese saber estar y esa actitud de “buena gente”.
Después de escuchar al coro de la Casa Grande, hubo una exhibición de la Unidad de Guías Caninos de la Policía Nacional. Quedó sobradamente demostrado que en esta vida todo funciona a base del aprendizaje, en el que predomina el esfuerzo, la paciencia, empatía, creer que lo que se hace merece la pena y que a base de mucho sacrificio se consiguen objetivos que han sido muy soñados y que logran hacerse realidad. Ver a estos perros junto a sus “maestros-amigos” es todo un espectáculo difícil de explicar. No es nada milagroso, es el resultado del buen hacer por parte de gente muy profesional que con herramientas muy básicas y sentido común logran metas muy altas.
Según escribo esto llego a la conclusión de que todo en la vida funciona de la misma manera. El éxito en la vida no viene solo, se necesita trabajo, esfuerzo y creer en lo que se persigue.
Luego vinieron los coches, las sirenas y el bullicio para acabar de alegrar una mañana especial. Cada chico obtuvo su carnet de policía para conservarlo y mirarlo a la vez que vuelvan a su retina miles de imágenes que un día vieron pero sobre todo vivieron gracias a la Policía Nacional de Ávila, guiada por un hombre de corazón tan grande como su estatura y que tiene la virtud de rodearse, si no de los mejores, sí de personas buenas capaces de demostrar el cambio que ha experimentado este sector y todo a base de profesionalidad y de hacer bien lo que se les encomienda.
Nos quedó muy claro que la Policía Nacional protege el libre ejercicio de los derechos y libertades, a la vez que garantiza la seguridad ciudadana.
¡Gracias de corazón por tanta humanidad y cercanía!